Taller de sensibilización “Gozo que Enjuga las Lágrimas y Reconforta en los Duelos”
El pasado sábado 8 de junio del 2024, los matrimonios que conforman la Junta Nacional, así como los Consejos Diocesanos de EMMCR, tuvieron el gran regalo de vivir la experiencia del Taller de sensibilización sobre el duelo, que fue guiada de gran forma por el equipo conformado por Acuña Vidaurre, Manuel Emilio y Solange, Brenes Rodríguez, Eladio y Tatiana y el Padre Carlos Roberto Durán Garita.
Este taller es el inicio de una iniciativa de EMM para crear una nueva sección dentro Programa de Abierta y Apostólica para ir desarrollando un proceso de acompañamiento a los Viudos y Viudas que formaron parte de una comunidad de Encuentro. Gradualmente se irán desarrollando el Plan, con un objetivo final de conformar una comunidad con personas que están esta condición. Con esto atendemos una preocupación, una necesidad y si se quiere un reclamo de muchos encontrados activos y de quienes han perdido al cónyuge y a la comunidad.
Esta experiencia es un primer paso para profundizar, como sacramentos sobre el área de la muerte. Pretendemos ir introduciendo el tema y sensibilizar lo que implica transitar ese difícil momento.
Posteriormente, debemos llegar a la comunidad de apoyo, para abrir los brazos para acoger y acompañar a la persona que transite por este difícil momento, en la forma que el doliente lo permita, o requiera. Como comunidad, estamos llamados a brindar confianza y hermandad, abrir nuestro corazón y disponernos a estar para el otro. En un tercer paso, es integrar a una comunidad de acogida para personas que compartan su condición de viudez, en donde puedan experimentarse acompañados, pertenecidos y amados compartiendo su camino, de tal manera que abandonar su condición de encontrado, ocasione un menor impacto.
El Concilio Vaticano II pone ante la viudez un camino de santidad que es una continuación de la vocación al matrimonio, y espera de ellas un servicio especial. La viudez, según este Concilio, entra en el ámbito de la espiritualidad de los laicos, constituyendo una característica especificación de la misma; debe aceptarse «con ánimo valiente, como continuación de la vocación conyugal». Las personas viudas, como las casadas, en cuanto partícipes de la misión de la Iglesia, «pueden contribuir no poco a la santidad y a la actividad de la Iglesia»
«La fe en la resurrección no ignora ni enmascara el desconcierto que humanamente experimentamos ante la muerte”. Por eso acompañamos, con la oración, en su duelo a todos aquellos hermanos y hermanas que han perdido al cónyuge con quien ha compartido tanto… Invitamos a la comunidad cristiana a sostener con particular atención y disponibilidad a los viudos y viudas…» palabras de Mons. Manuel Eugenio Salazar Mora, Obispo de Tilarán-Liberia
Esta reflexión nos concientiza aún más que debemos atender a los viudos y viudas en EMM.